que a volar se desafiaron un pavo y un cuervo.
Al término señalado, cuál llegó primero?
Considérelo, quien de ambos haya visto el vuelo.
-Aguarda-dijo el pavo al cuervo, de lejos:
¿Sabes lo que estoy pensando? Que eres negro y feo.
Escucha: también reparo -le gritó más recio-
en que eres un pajarraco de muy mal agüero.
¡Quita allá, que das asco, grandísimo puerco!
Sí, que tienes por regalo comer cuerpos muertos.
-Todo eso no viene al caso, -le responde el cuervo-;
porque aquí sólo tratamos de ver qué tal vuelo.
Cuando en las obras del sabio
no encuentra defectos,
contra la persona,
cargos suele hacer el necio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario