El escándalo mayúsculo

Es tan absurdo, tan bárbaro el hecho de que vamos a dar noticia a nuestros lectores que empezamos a dudar si la provincia de León pertenece a la Nación española o si está enclavada en territorio de África.

En los primeros días del mes de Julio último, al poco del advenimiento al poder del partido conservador, fue nombrado cartero de Valderas, con el carácter de interino, conforme a la Ley de Sargentos, Antonio Arteaga; anunciada la vacante en La Gaceta del 15 de Octubre siguiente, se solicitó en forma por D.Bercario Serrano, licenciado del ejército de Cuba, que fue propuesto por el Ministerio de la Guerra para dicho empleo y nombrado por la dirección General del ramo en Noviembre. El 23 de Diciembre y previo el cumplimiento de todos los requisitos legales que exigen las disposiciones vigentes, tomó el Bercario Serrano posesión de su destino en la oficina correspondiente.

Requerido el carterio cesante para que le hiciera entrega de las llaves y demás que obrara en su poder referente a la cartería, se negó terminantemente fundándose en la conveniente razón de que "no le daba la gana" cesar en aquel destino.

El Bercario acude al Alcalde de la citada villa con un parte de lo que sucedía y la autoridad local se negó también a oirle. En este estado las cosas, se pone el hecho en conocimiento del Sr Administrador principal de Correos de esta capital; no sabemos si obedecería a órdenes de dicho jefe, pero es lo cierto que a los dos días se presentó el comandante del puesto de la Guardia Civil, acompañado del cartero y testigos, en casa del cesante para recoger la balija, pero estos buenos señores no contaban con la huéspeda, y la huéspeda aquí fue el flamante alcalde que se presentó en el momento crítico y revistiéndose de toda su interina autoridad dijo al Sargento de la Guardia Civil: "Usted está demás; puede usted largarse; aquí no hay más rey ni más Roque que yo". Y añadió dirigiéndose al cartero cesante: "Coge la balija y despacha el Correo". Así lo hizo, en efecto, y se quedaron tan tranquilos.

¿Es posible, señor Gobernador, es posible Sr. Director de Correos; es posible señor Ministro de la Gobernación que en los tiempos que corren ocurran hechos tan arbitrarios?
Quizá a estas horas continúen impertérritos los susodichos Alcalde y Cartero en vez de recibir el merecido castigo; si así es, si no se pone coto a tales despotismos, será preciso que en adelante renunciemos los españoles a vivir en una Nación en que tales cosas pasan , impropias de países civilizados.

A todo esto dirá "La Estafeta" que las autoridades que nos mandan, dan pruebas de rectitud y se dedican a moralizar y hacer buena administración: "risum teneatis amici".

El Alcázar, León, 2 de Enero de 1891