Cuando Hölderlin escribía a su madre una carta, allá por 1799, y hablaba de la poesía como 'la más inocente de todas las ocupaciones' -se me olvidaba el 'todas'- no hacía sino apuntar a la esencia de la poesía, al decir de Heidegger. El filósofo no dejó pasar la oportunidad de anotar también otra genial intuición de Hölderlin, de la misma época, cuando también define al lenguaje como el más peligroso de los bienes, y añade, «para que con él cree y destruya». Esos dos enunciados del poeta, irreconciliables, le harán pensar al filósofo de Friburgo, y le obligarán a explicarnos en un texto genial en qué consiste la esencia de la poesía: que la existencia humana es poética en su fundamento.
No nos vendría mal, entonces, un esfuerzo de poesía. Quiere decirse un vivir menos apegado al objeto y al circo mercantil.
La poesía de Hölderlin lo expresa: "Pleno de méritos, pero es poéticamente/ como el hombre habita esta tierra". Inculcar lecturas de poesía desde muy niños, y sobre todo, respeto a los poetas y su quehacer, podría y debería ser más valorado que tener buen ojo para los negocios.
Por mi parte no logro levantar la cabeza de Gamoneda. Me regalaron su último libro, 'Canción errónea'. Unos versos le permitirán al lector dilucidar si es inocente o peligrosa la ocupación poética.
De la sección del autor en "Curiosón"
"Vecinos ilustrados" @Aduriz2012
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