El verdadero problema es que muchos de esos políticos que juran defendernos forman a su vez parte del entramado de los bancos. Son estafadores de la peor calaña a quienes les trae al "pairo" las vidas que se van quedando en el camino; las familias que muchas veces, por una deuda irrisoria pierden lo poco que tenían, en muchas ocasiones, un bien pagado al triple o al cuadruple de lo que les fiaron. Nadie frena esto de cuajo y hay una puchera de explosivo en las calles que si alguien la organiza estallará en los morros del país o del mundo.
Todo tiene un límite. Que no se les olvide.
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