En EE.UU. se otorgan anualmente los premios Stella. Estos galardones llevan el nombre de Stella Liebeck, una mujer que en 1992, a la edad de 79 años, sufrió un accidente en un restaurante de comida rápida. Se le cayó encima un café que le produjo quemaduras de consideración. Su caso finalizó con una indemnizaciòn que ascendió a 2.9 millones de dólares. Desde entonces, las tazas de café advierten de que el contenido està muy caliente y del consiguiente peligro.
Katheleen Robertson (Austin, Tejas) fue indemnizada con 780.000 dólares por romperse un tobillo después de tropezar y caerse por culpa de un niño. Pero la sorpresa es mayúscula cuando se sabe que el niño que tan mal se había comportado y que había provocado la caída, era hijo de la demandante.
Terrecen Dickson (Pensilvania) entró a robar una casa cuyos dueños se encontraban de vacaciones. No pudo salir por la puerta al estar rota y al intentar volver a la cocina se dio cuenta que la puerta era de sentido único, por lo que tuvo que pasar 8 días encerrado en el garaje. Para sobrevir echó mano de varios refrescos y un enorme saco de comida para perros que encontró. Denunció al dueño por los daños morales recibidos y el jurado decidió que el propietario debía indemnizarle con 500.000 dólares.
4 comentarios:
Estas chorradas sólo pueden pasar en EEUU, donde para encontrar abogado sólo tienes que dirigirte a la entrada de Urgencias de los hospitales (se ofrecen para llevarte casos como estos)
Un saludo
Intento reescribir el comentario que decía que parece un nuevo tipo de analfabetos los que sólo saben leer al pie de la letra y que el resultado de ello son estos esperpentos.
Me gustó la actuación del minero en el curso, aunque creo que el tema era algo "denso" para una fiesta de "fin de curso"
Salu2
@Javier, tienes razón. De allí nos viene todo, hasta esta crisis sin medida que sigue ahogándonos.
Parece como si los jueces se cachondearan y quisieran cambiar el ritmo normal de las cosas.
@Markos: Bueno, di un recital en toda regla, pero no habvía cámaras recogiendo la cosa. Una pequeña. Al menos salvó el sonido. Y quedó más o menos curioso.
Eso sí, la que dediqué al grupo no la he subido todavía. A ver si encuentro un poco de tiempo, pues ahora estoy con las prácticas hasta mediados de abril.
Un abrazo
Me perdí en lo del recital
Estan locos estos americanos. El tercer caso se lleva la palma sin lugar a dudas: encima de entrar a robar, tienen que pagarle al pobre por daños morales. ¡Rediós!
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