Steve Gill, neurocirujano

1997.—
El neurocirujano británico Steve Gill, consiguió corregir una deformación ósea incurable en el cuello de una mujer mediante una arriesgada operación: separó la base del cráneo de las vértebras para volver a colocarlo después, y con éxito, en el sitio correcto. Durante la operación realizó una incisión en la nuca y desprendió la cabeza de la columna vertebral para limar una parte de la base del cráneo y de las vértebras superiores. La cabeza quedó unida al cuerpo por la médula espinal, los vasos sanguíneos y la piel.

Unos años después de esta complicada operación, científicos del hospital Frenchay, de Bristol, que investigaban la parte dañada en el cerebro de los enfermos de Parkinson, dirigidos por Steven Gill, inyectaron una nueva proteína que a través de un catéter iba directamente a la zona dañada del cerebro. Al cabo de cinco meses, los enfermos observaron notables mejoras en sus actividades motrices, según publica la revista médica "Nature Medicine".