que vamos por la calle
mirando los vestidos
de cosas con zapatos,
liando la tramoya
del circo del cerebro,
siguiendo la garrucha
del trole del tranvía,
leyendo las portadas
de pésimos poemas...
El viejo - ya sin prisa -,
el necio que vocea,
el niño que se emboba
mirando golosinas...
A veces nos ocurre,
-ya digo-, nos ocurre
que vamos por la calle;
a veces nos ocurre
que, sin salir de casa,
tiramos del cerebro,
cerramos la ventana
y vemos ese film
del mundo de la calle:
La nalga por el Metro,
el guardia con su pito,
el ruido de la moto,
que llega por la esquina...
Todo lo vemos, todo,
y sin salir de casa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario