Enajenao mirar

Nace en Cartagena (Murcia) 1907. Es la primera mujer que accedió a la Real Academia Española el 10 de Febrero de 1978, ocupando el sillón K el 28 de enero de 1979. Autora de cuentos, novelas, biografías, ensayos, obras dramáticas, artículos periodísticos, pero sobre todo poesía.Fue Premio Nacional de Literatura, 1967; el Ateneo de Sevilla, 1980; y el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil, 1987. Llegó al especial núm 33 de nuestra revista Pernía, dedicado íntegramente a la mujer escritora, de la mano de otra colaboradora: Gío de Ray. 

DE ENAJENAO MIRAR | CARMEN CONDE ABELLÁN | REVISTA PERNÍA

Ojos diluyéndose en las sangres
concentrando su furor, reposan...;
resuenan cual el mar dentro del cuerpo,
cuentan lo que ven desesperados.

-Oye, amor, también yo he visto;
¡solamente a ti no te veía!

(Refugiada en las cuevas que albergaron la vida,
recuento las imágenes que me poblaron turbias;
me remontan milenios de voces saturadas,
de torvas civilizaciones...)

-Mira, amor; yo llego de ellas:
y de mis ojos podrías arrancarlas.

(Rechazan proseguir, se han alojado
en celdas microscópicas, dolientes.
No son gotas, y en gotas transcurriendo
mi devenir se incorporará a la tierra).

-Oye, amor; estoy de paso:
precipito o regreso mi andadura.


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Endureciste tus manos y retiraste las aguas.
Consumiste de las nubes hasta su mínimo vaho.
En la tierra crujieron cicatrices de la sed
y transpiraron los hombres hasta su asfixiada sangre.

Que no llueva decretarse porque tú puedes mandarlo.
Y de los ojos cayeron lágrimas como centellas.
Entonces todos los ríos de este pedazo del mundo
reventaron de sus madres y rebalsaron los pueblos.

Pero no llueve en los pastos y se derrumban las reses,
pero no llueve en los montes y los árboles se queman,
pero no llueve en ciudades y las criaturas jadean,
pero no llueve en la tierra porque no quieren mirarnos.

Esas aguas que retienes las recogeremos muertos,
porque no supimos ser tan limpios como son ellas.
Si mantuvieras tus ojos secos de llanto y cerrados,
en el tiempo de una lluvia arderíamos como teas.

¿Cómo quieres que sepamos qué buscas con tu alegría
si el cielo gobiernas tú, y los mares y los vientos
que nos niegas; como quieres que no beban
las bocas que al agua misma cogiste para nosotros?

Rasa tabla de basalto el cielo seco, tirante;
crepitadoras cortezas de sequías vocativas;
ramalazo del delirio de la sed en nuestros cuerpos,
¡rompe tu mirada en lluvias y cólmanos de frescura!

Revista Pernía, Núm. 33 
EDITA Y DIRIGE: FROILÁN DE LÓZAR