El objeto de este adagio es el mismo que el del anterior. Ginés de Pasamonte dice al guarda que trataba de ponerle tachas á su alcurnia:
—Ginés me llamo, y no Ginesillo, y Pasamonte es mi alcurnia; y no Parapilla, como voacé dice, y cada uno se de una vuelta a la redonda, y no hará poco.»
En el Coloquio de los perros de Mahudcs hallamos otro adagio, que por medio de una alusión a un hermoso apólogo, expresa el mismo pensamiento de una manera más poética:
—Mírate a los pies, y desharás la rueda.
La Colección de Zaragoza dice:
—Miraos a los pies, y desharéis la rueda.
Aconseja también examinarse a sí mismo antes de censurar a los demás, el siguiente, entresacado de la misma colección:
—Mete las manos en vuestro seno, veréis vuestro mal y no el ajeno.
La Academia lo escribe así:
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