En la orilla del Tajo
hablaba con la rana el renacuajo,
alabando las hojas,
la espesura de un gran cañaveral y su verdura.
Mas luego que del viento
el ímpetu violento una caña abatió,
que cayó al río, en tono de lección,
dijo la rana: -Ven a verla, hijo mío:
por de fuera, muy tersa, muy lozana:
por dentro, toda fofa, toda vana.
Si la rana entendiera de poesía,
también de muchos versos lo diría.
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