Julián Sánchez Melgar y el Club Rotario de Palencia
El 28 de marzo acudí al hotel Castilla Vieja, a la conferencia organizada por el Club Rotario de Palencia, impartida por Julián Sánchez Melgar, el gran jurista palentino que llegó a fiscal general del Estado, actualmente magistrado de la sala segunda del Tribunal Supremo.
Mi amigo, el Tesorero del Club Rotario de Palencia, me abrió de par en par las puertas de esta organización y me presentó a su presidente, al “socio-macero”, y a un buen número de socios y amigos, entre ellos el laureado y joven director de la Asociación Musical de Guardo, responsable de un impresionante proyecto cultural. Tuve la oportunidad de saludar a amigos míos surgidos a través del deporte, como el fiscal-jefe de la Audiencia Provincial; el vicepresidente del Colegio de Abogados, viejo amigo de carreras pedestres, bicicleta, y almuerzos. Saludé a quien fue director de la desaparecida oficina principal de Palencia de Caja Salamanca y Soria, muy aficionado al ciclismo, que hace al menos 30 años me regaló una equipación de la Caja, y desde entonces mantenemos una buena relación. Entre los asistentes se encontraba mi antigua enfermera del Ambulatorio de La Puebla, y para mi sorpresa también acudió a la conferencia una compañera y amiga de Diputación.
Finalizado el coctel subió al estrado el “socio-macero”, que ejerció como maestro de ceremonias, con gracejo, humor, simpatía y buen hacer. Tras sus entrañables palabras cedió la palabra al presidente del Club Rotario, que saludó a los asistentes y agradeció su presencia en el acto, e invitó a subir a la tribuna al Decano del Ilustre Colegio de Abogados, que dio a conocer una pequeña semblanza del conferenciante, y aspectos desconocidos de su vida, “no conocidos en Wikipedia”, para desglosar después la brillante hoja de servicios del jurista, además de indicar que Julián Sánchez Melgar estaba casado con una hija del célebre periodista y escritor palentino Pedro Miguel Barreda Marcos. A continuación, el Decano, enumeró la larga lista de condecoraciones del Magistrado, entre las que destacó la insignia de oro y brillantes concedida por el Ilustre Colegio de Abogados de Palencia, que el conferenciante portaba con orgullo en su solapa. Contó el Decano anécdotas de su amistad personal con el Magistrado, y recordó el día en que un grupo de juristas palentinos fueron en tren a Madrid a la toma de posesión de Sánchez Melgar como fiscal general del Estado, y que el tren llegó tarde a la estación de Atocha, lo que provocó que los amigos palentinos llegasen cuando ya había comenzado el acto de toma de posesión.
Tras esta brillante y amena presentación del conferenciante, el Decano del Colegio de Abogados invitó al orador a subir al estrado, para dar comienzo a su conferencia, que tituló “Judicatura y Fiscalía: Mi experiencia personal”. Julián Sánchez Melgar comenzó su alocución con la expresión de que “se sentía en su casa como un palentino más”. De esta forma el laureado Magistrado conquistó al auditorio, que percibió sus palabras cercanas, de exquisita sencillez, que provocaron conexión instantánea con el público asistente. Mostró Sánchez Melgar su palentinismo, fuera de toda duda, y su orgullo por nacer en la antigua calle General Mola, hoy Calle Mayor Antigua, y el posterior traslado de su familia a la Calle Mayor Principal. Recordó con nostalgia sus estudios primarios en el popular colegio de Villandrando, así como sus inicios como bachiller en el único instituto que había en Palencia, el antiguo Instituto General y Técnico, que pasó con el tiempo a llevar el nombre de nuestro gran poeta Jorge Manrique.
Tras finalizar el bachillerato en el “Instituto Viejo”, Julián Sánchez Melgar, tuvo dudas en que carrera se podía matricular en la Universidad de Valladolid. Le gustaba Arquitectura, pero también le atraía Derecho, y decidió estudiar Derecho. Una vez que consiguió la licenciatura se doctoró en la Universidad de la Coruña, y obtuvo premio extraordinario. Contó Julián que comenzó a trabajar en el prestigioso bufete del abogado D. Antonio Hermoso, hasta que en 1983 aprobó las oposiciones, y tuvo acceso a la carrera judicial, con diferentes destinos en los juzgados de Reinosa, Miranda de Ebro y Mataró. Ejerció después en Santander, y fue elegido por sus compañeros decano de los Juzgados. Ascendió a magistrado en 1987, por el turno de pruebas selectivas, número dos de su promoción con destino en la Audiencia Territorial de Barcelona. En 1993 toma posesión como magistrado de la Sala Civil y Penal del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria, y ese mismo año sucedió al presidente de la Audiencia Provincial de Ávila, asesinado por un palentino.
Sánchez Melgar reconoció la difícil papeleta que le supuso sustituir a Juan Agustín Moro Benito, por la categoría del finado, dada su experiencia y buen hacer en la Audiencia de Ávila. Con el tiempo el jurista palentino fue nombrado Vocal del Consejo Rector de la Escuela Judicial, además de magistrado de control suplente del Centro Nacional de Inteligencia, algo que reconoció no debía entrar en detalles por motivos obvios.
Explico su intervención como ponente en casos tan transcendentes como el de Nevenka Fernández contra el alcalde de Ponferrada, de los narco-barcos, Yak-42, Ibarreche y López, y recordó con pena la tragedia evitable de la discoteca Madrid Arena, así como el asesinato del niño Gabriel, y la sorpresa que le causó ver a la presunta asesina encabezar la manifestación en repulsa del lamentable suceso, que conmocionó a toda España.
A continuación, el Magistrado dio cuenta al auditorio del proceso de su designación como fiscal general del Estado, en noviembre de 2017, tras la repentina muerte en Argentina de su amigo el fiscal general del Estado, José Manuel Maza Martín. Dijo Julián que se enteró por la prensa de los rumores que le situaban en cabeza de las listas de posibles candidatos del gobierno para suceder a Maza. La respuesta íntima del magistrado palentino, ante la posibilidad de su nombramiento como fiscal general, se manifiesta en su deseo de que el Gobierno eligiese a alguno de los restantes candidatos, pero la llamada de Rafael Catalá, ministro de justicia, le hace reflexionar y después de “no pegar ojo durante toda la noche”, decide no rechazar esa oportunidad, con la condición de trabajar con independencia, no ser fiscal estrella, y hacer cumplir escrupulosamente la ley, de acuerdo con sus principios. Esta fue la respuesta que Julián Sánchez Melgar dio al ministro Catalá, tras su madrugadora entrevista en la sede del ministerio.
El 7 de diciembre de 2017 el gobierno de Mariano Rajoy nombra a Julián Sánchez Melgar fiscal general del Estado, cargo de mucho peso del que dependen al menos 3.500 fiscales. El rey en la jura del cargo dio la enhorabuena, y le advirtió del “buen lío en que se había metido”, a lo que Julián respondió que, según sus hijos, “buen marrón le había tocado lidiar”.
Poco después tuvo que “lidiar” con el Proces Catalán, y la fuga de Puigdemont, además del fallido intento de deportación por Dinamarca y Alemania del expresidente de la Generalitat tras la disolución del Parlament, y la querella contra los miembros aforados del proceso soberanista que votaron a favor de la declaración de independencia.
Fue nombrado miembro nato del Consejo de Estado, y tras la moción de censura del Parlamento al presidente del gobierno Mariano Rajoy, fue cesado como fiscal general del Estado como consecuencia del cambio de Gobierno, y regresa a su antigua plaza en la Sala Segunda del Tribunal Supremo. Julián Sánchez Melgar manifestó en la conferencia su opinión contraria a que el fiscal general del Estado, y otros importantes puestos de la carrera judicial estuviesen en manos del poder político, y fuesen nombrados por el gobierno de turno, o por acuerdo de los partidos mayoritarios, algo que entorpece y frena la independencia del poder judicial.
Pongo fin a este escrito con el manifiesto de la grata impresión que me causó el Club Rotario, y mi admiración por su impagable labor en la prestación de servicios humanitarios muy necesarios en Palencia, y en cualquier parte del mundo. No menos impresión y admiración me causó conocer la vida y méritos del conferenciante, un palentino en lo más alto de la judicatura que no quiso ser fiscal estrella, e intentó ser fiel a sus principios, y hacer cumplir la ley desde la más escrupulosa independencia.
Julián Sánchez Melgar encandiló al auditorio, y mostró su cercanía, sencillez y dominio de su oficio. Mostró una increíble disposición y amabilidad al atender a mi amigo el Tesorero Rotario, que me presentó al Magistrado, a quien habló de mi humilde actividad literaria, y accedió con sumo gusto, a fotografiarse conmigo, sin saber que se casó un 28 de agosto de 1983, el mismo año y un día después de casarme yo.