Propiedades del ajo
El 3 de Febrero de 1996, el doctor Jesús Llona Larrauri, premio Euzkadi de Gastronomía, publica en el diario "El Correo" un artículo donde se pondera las extraordinarias cualidades de esta joya mediterranea.
Desde siempre los entusiastas del ajo han buscado métodos para combatir su olor. En algunos países mediterráneos se sirven, al final de la comida, trozos de regaliz, menta o clavos olorosos. También existen fórmulas más sencillas como masticar perejil o apio fresco o enjuagarse la boca con agua y limón. Una simple taza de café con leche, una manzana o una cucharadita de miel contribuyen a combatir el mal aliento.
Si se desea utilizar el ajo con fines medicinales, la dosis media es de unos cuatro gramos diarios, equivalente a dos o tres dientes de ajo.
Más ajo, menos botica, dice la historia. Ajo hervido, ajo perdido; Al que trabaja y anda desnudo, ajo y vino puro; Contra el olor, clorifilia (en clara alusión al perejil y apio), dice el refranero popular.
Sus virtudes no llegan al chascarrillo que se cuenta de aquel alcalde de cierta localidad onubense, famosa por sus chistes y hoy por sus cultivos de fresas, que colocó ristras de ajo en las esquinas de las calles de su pueblo para solucionar el problema de tráfico tras enterarse de que favorecían la circulación.
Imagen vista en www.ajospalacios.es