División en Provincias (IV)
A estos horrores sucedieron otros ocasionados por la política y el fanatismo: la expulsión de los judíos dejó a España sin banqueros y la de los moriscos, últimos restos de los árabes, la privó de sus más hábiles e industriosos agricultores. En nuestros tiempos ha sido renovado nuevamente el espectáculo de las fatales contiendas entre moros y cristianos con la lucha por la independencia contra los invasores bonapartistas, los cuales no respetaron edad ni sexo, ni cosas sagradas o profanas; la ruina reina por todo el país: un vandalismo de pocas horas bastó para deshacer la obra de varias edades de piedad, abundancia, instrucción y buen gusto.
La retirada de los franceses fue peor que el avance; furiosos por el mal éxito y los desastres sufridos, los Soult y los Masséna desahogaron su despecho sobre los indefensos campesinos y sus caseríos. Dejemos al general Foy relatar sus proezas: «Ainsi que la neige précipitée des sommets des Alpes dans les vallons, nos armées innombrables détruisaient en quelques heures, par leur seul passage, les res sources de toute une contrée; elles bivouaquaient habituellement, et à chaque gîte nos soldats démolissaient les maisons bâties depuis un demi-siec1e, pour construire avec le décombres ces longs villages alignés qui souvent ne devaient durer qu'un jour: au défaut du bois des foréts les arbres fruitiers, le végétaux précieux, comme le murier, l'olivier, l'oranger, servaient a les réchauffer; les conscrits irrités a la fois par le besoin et par le danger contractaient une ivresse morale dont nous ne cherchions pas a les guérir [3]» «So France gets drunk with blood to vomit crime, and fatal ever have her saturnalia been [4]».
¿Quién puede dejar de comparar estas costumbres de las legiones de Bonaparte con la descripción que hace Hosea del «grande y fuerte pueblo» que ejecutó los terribles juicios de Dios? «El fuego devoraba todo a su paso y detrás dejaban ardiendo la llanura; el país antes de llegar ellos es el jardín del Edén, después, un yermo desolado, y más aún; nada debe escapan».
Apenas los intrusos fueron batidos por el duque, la población empezó a rehacerse, como las aplastadas florecillas se levantan después que el talón de hierro de las hordas las ha hollado. Luego surgieron las guerras civiles, que limpiaron el país de varones y de cuya sangría aun no se ha repuesto España. La falta de seguridad de personas y haciendas son siempre una rémora para el matrimonio y el aumento de población. Una calamidad más profunda y permanente ha obrado sin tregua en España durante las dos últimas centurias; pero los autores españoles no se han atrevido a hacer alusión a ella. Atribúyese la despoblación de Extremadura a la multitud de individuos descendientes de Cortés y de Pizarro que marchan al Nuevo Mundo en busca de fortuna, y creen que la misma necesidad y el deseo de aventuras empujan hacia América a los habitantes de Cádiz y Sevilla. Pero la colonización nunca debilita a un estado vigoroso y bien acondicionado; ejemplo, el rápido y diario aumento de población en nuestra propia isla, la cual, lo mismo que antiguamente Tiro, constantemente envía fuera millares de hombres y en casi todos los mares mece en las amplias alas de su flota mercante las bendiciones de paz, religión, libertad, orden y civilización, cumpliendo la misión de extenderlas que se ha impuesto la Gran Bretaña.
Richard Ford, 1846
Carmona (Sevilla)
La retirada de los franceses fue peor que el avance; furiosos por el mal éxito y los desastres sufridos, los Soult y los Masséna desahogaron su despecho sobre los indefensos campesinos y sus caseríos. Dejemos al general Foy relatar sus proezas: «Ainsi que la neige précipitée des sommets des Alpes dans les vallons, nos armées innombrables détruisaient en quelques heures, par leur seul passage, les res sources de toute une contrée; elles bivouaquaient habituellement, et à chaque gîte nos soldats démolissaient les maisons bâties depuis un demi-siec1e, pour construire avec le décombres ces longs villages alignés qui souvent ne devaient durer qu'un jour: au défaut du bois des foréts les arbres fruitiers, le végétaux précieux, comme le murier, l'olivier, l'oranger, servaient a les réchauffer; les conscrits irrités a la fois par le besoin et par le danger contractaient une ivresse morale dont nous ne cherchions pas a les guérir [3]» «So France gets drunk with blood to vomit crime, and fatal ever have her saturnalia been [4]».
¿Quién puede dejar de comparar estas costumbres de las legiones de Bonaparte con la descripción que hace Hosea del «grande y fuerte pueblo» que ejecutó los terribles juicios de Dios? «El fuego devoraba todo a su paso y detrás dejaban ardiendo la llanura; el país antes de llegar ellos es el jardín del Edén, después, un yermo desolado, y más aún; nada debe escapan».
Apenas los intrusos fueron batidos por el duque, la población empezó a rehacerse, como las aplastadas florecillas se levantan después que el talón de hierro de las hordas las ha hollado. Luego surgieron las guerras civiles, que limpiaron el país de varones y de cuya sangría aun no se ha repuesto España. La falta de seguridad de personas y haciendas son siempre una rémora para el matrimonio y el aumento de población. Una calamidad más profunda y permanente ha obrado sin tregua en España durante las dos últimas centurias; pero los autores españoles no se han atrevido a hacer alusión a ella. Atribúyese la despoblación de Extremadura a la multitud de individuos descendientes de Cortés y de Pizarro que marchan al Nuevo Mundo en busca de fortuna, y creen que la misma necesidad y el deseo de aventuras empujan hacia América a los habitantes de Cádiz y Sevilla. Pero la colonización nunca debilita a un estado vigoroso y bien acondicionado; ejemplo, el rápido y diario aumento de población en nuestra propia isla, la cual, lo mismo que antiguamente Tiro, constantemente envía fuera millares de hombres y en casi todos los mares mece en las amplias alas de su flota mercante las bendiciones de paz, religión, libertad, orden y civilización, cumpliendo la misión de extenderlas que se ha impuesto la Gran Bretaña.
Richard Ford
Hispanista ingles (Londres, 21 de abril de 1796-Exeter, 31 de agosto de 1858)
1844 Manual para viajeros por España
1846 Cosas de España
SOBRE ESTA BITÁCORA
Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.523.000 de visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +734.000 consultas y +6000 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
0 comentarios en el blog:
Publicar un comentario