Canteros anónimos
En esta madeja de arte a la que hoy regreso, acumulo citas e historias relacionadas con los canteros y la piedra.
Como la vida es un instante, es curioso e invita a reflexión la ceguera de quienes hoy todo lo matan con la popularidad. Hoy un libro importa por la firma, por el nombre, no tanto por el contenido, que es lo que debe importar verdaderamente. Estoy convencido de que muchos libros ni se leen ni se vuelven a tocar, una vez subidos al estante. Así también, quienes se dedicaban a dar forma a la piedra, prácticamente eran desconocidos, figurando como autores los promotores de las mismas. Teófilo, pseudónimo del orfebre Roger de Helmarshausen que ejerció a comienzos del siglo XII ya se presenta a sí mismo como persona piadosa que realiza sus encargos “no para reconocimiento personal sino “ad maiorem Dei gloriam.” Y como autores implicados en llevar adelante sus ideas, con la satisfacción tenían bastante. Es posible que todavía quede algún resto por el mundo adelante de artistas que tienen el arte como refugio, como realización, como solaz esparcimiento, que es cuando se vive de verdad, que es cuando le sirve a uno para encontrarse y vivir a pleno pulmón, sin que intervengan los mercados. Si viene más reconocimiento o premio de camino, que venga, pero no exigirlo como carta de presentación.
Ahora estamos obsesionados con saber quién estaba detrás de esas piedras, como si pudieran oirnos aquellos que las dieron forma, como si pudieran medrar o les sirviera nuestro halago de empujón para levantar más edificios. Yo estoy desilusionado con el mundo. Y cuánto más conozco, cuantos más juicios de especialistas veo, cuanto más gente acude a disentir sobre lo mismo, más incomprensible e injusto me parece todo. No sabemos nada. Intuimos algo de lo que querían decir en las famosas marcas pero todo es un suponer historias. Mira qué curioso, en ese caso sí acudimos al hombre que trabajó ese muro o que firmó esa piedra. Cuanto más tiempo lleva muerto, más se reafirma su mensaje. Ahora resulta que los canteros siguen vivos después de tantos siglos muertos.
Ahora estamos obsesionados con saber quién estaba detrás de esas piedras, como si pudieran oirnos aquellos que las dieron forma, como si pudieran medrar o les sirviera nuestro halago de empujón para levantar más edificios. Yo estoy desilusionado con el mundo. Y cuánto más conozco, cuantos más juicios de especialistas veo, cuanto más gente acude a disentir sobre lo mismo, más incomprensible e injusto me parece todo. No sabemos nada. Intuimos algo de lo que querían decir en las famosas marcas pero todo es un suponer historias. Mira qué curioso, en ese caso sí acudimos al hombre que trabajó ese muro o que firmó esa piedra. Cuanto más tiempo lleva muerto, más se reafirma su mensaje. Ahora resulta que los canteros siguen vivos después de tantos siglos muertos.
SOBRE ESTA BITÁCORA
Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.523.000 de visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +734.000 consultas y +6000 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!
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