El gitanillo Rafael
De vuelta a casa
(XV) EL GITANILLO RAFAEL
Tras lo ocurrido no se podía dar marcha atrás y había que solucionar la situación. Recuerdo que tuve que escuchar de más de uno: -Secre: ¡A ver cómo te las arreglas ahora!
Y surgió Fortu, monaguillo de San Pablo. Despierto como pocos, con cara de gitano, parecía ser la solución. Se lo propuse, también a sus padres, que aceptaron encantados. Tenía que suplantar al gitanillo Rafael. En cuanto podía se acercaba al Secretariado para recibir “clases particulares” para convertirle en un calé de verdad. Fue una experiencia “de película”.
Llegó el momento del viaje y en la fecha señalada cogimos el tren hasta Madrid, para unirnos al de los peregrinos a Roma. “Rafael” no se separó de mí ni un momento. Recuerdo que, bordeando la Costa Azul, llegamos a Ventimiglia en Italia y ocurrió algo inesperado cuando un carabinieri italiano al comprobar mi pasaporte me preguntó con cara extraña:
-¿González Grieto?
-Si. Julián González Prieto.
Salió del departamento y desde la ventanilla vimos como bajaba del coche y hablaba con uno que parecía jefe, comprobando el documento y mirando en una libreta. De nuevo subió y volvió a hacerme la misma pregunta, bajando otra vez para consultar con su jefe y retornar para devolverme el pasaporte. Ahí quedó todo. Supusimos que alguno de mis datos coincidían con alguien reclamado por la policía.
Antes de llegar a Roma, con ayuda de Rafael, recogimos los paquetes con propaganda, entregados a los peregrinos, que apilamos al principio de uno de los coches. En la estación Termini nos esperaba fray Benigno y otro fraile con una gran furgoneta, para llevarlos. También estaban los autocares para trasladar a los peregrinos. Y fuimos hasta el Angelicum -la Universidad de los Dominicos en Roma-, donde nos recibió el Padre Aniceto Fernández, que ya era el Maestro General de la Orden Dominicana, y el Rector de dicha Universidad.
Recuerdo el cariñoso recibimiento del Padre Aniceto: -¡Secre, ya estás aquí! ¿Qué tal el viaje? Me alegra mucho volver a verte! ¿Y este jovencito debe ser el famoso Rafael?
Y le dijo al Rector: -Mientras el Secre y Rafael estén aquí pon a su disposición dos frailes, para enseñarles Roma.
Al día siguiente, por la tarde, ocurrió algo insólito.
Uno de los amables frailes que nos acompañaba nos dijo que el Padre Aniceto le había encargado llevarnos a los estudios de Radio Vaticano. Había trascendido la historia de Rafael y querían hacerle una entrevista. Pasé un mal rato esperando que, en cualquier momento, Fortu Rafael “se saliera del guión”. Pero estuvo genial.
Y llegó el ansiado 6 de Mayo de 1962 y la cita con los peregrinos en la plaza de San Pedro, que estaba completamente llena. Nos llevaron junto a los embajadores para presenciar, con fray Benigno, la proclamación de Fray Martín, por Juan XXIII, como nuevo santo de la Iglesia Católica. Al final el Padre Aniceto se acercó y nos dijo: -Imagino lo orgullosos que os sentiréis por haber llegado a estos felices momentos. Os felicito y bendigo de todo corazón. Estoy seguro que San Martín estará haciendo lo mismo.
Y nos presentó a muchos de los allí presentes. Fue una imagen imborrable.
El retorno del viaje, entre comentarios y canciones, fue muy alegre recordando, con los restantes peregrinos, los felices momentos vividos. Y el recibimiento en el Secretariado fue apoteósico. No paraban de preguntarnos, más a Fortu que a mí.
¿Qué fue de Fortu?
Pues he sabido, por una amiga común, que es todo un jubilado que vive muy feliz con su familia y recuerda aquellos días como de los más felices, por supuesto increíbles, de su vida. Tengo especiales ganas de estar con él, para recordarlos
Una historia de Julián González Prieto
© CURIOSÓN
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4 comentarios en el blog:
Que interesante historia, sobre Fray Martín de Porres, nos cuenta hoy Julián, con la simpática figura del gitanillo Rafael, y la canonización en Roma del beato, y posteriores donativos para que Rafaelillo acudiera a la ceremonia en Roma, pero no fue a Roma Rafaelillo sino el monaguillo Fortu.
Bonitos recuerdos que rememora el maestro palentino, con docencia en León. No todo el mundo puede decir que estuvo en una canonización, más aún cuando se canonizó a un fraile de color que cayó bien a todos en el convento de San Pablo de Palencia, donde Julián tuvo la suerte de conocer al fraile que caía bien a todos. Acudió Julián a bella Roma a su canonización, y conoció a fondo la ciudad, y estuvo nada menos que en los estudios de Radio Vaticano.
Recuerdo el encuentro con Julián Palencia, el pasado febrero de 2022, donde el maestro de León me habló de San Martín de Porres en el mismo convento donde lo conoció.
Qué suerte conocer a un santo.
Qué historia más entrañable, graciosa y bien contada, me ha salido la sonrisa en algún momento del relato, y me he dicho, ¡San Martín de Porres, fray escoba, bien se merece un Rafael el gitanillo!
Paqui Glez del Castillo.
Amiga Paqui y amigo Alfonso, como siempre puntuales a la cita con Curiosón. Siento especial contento al saber que las historias de mi Vuelta a Casa, a Palencia, os agradan. Para mí están suponiendo un feliz volver a vivir. Gracias por vuestro afecto
Por fin puedo sentarme a recuperar Curioson atrasados. Y el primero que me encuentro es éste de Julián. Qué bonito, que bien expuesto, con qué facilidad se lee y qué contenido. Es como un cuento de hadas. La preparación, la inquietud, las anécdotas del viaje, la emoción que nos hace vivir con ellos. Y el regalo que Fray Escoba le hizo a Fortu, para no olvidarlo en toda su vida. Me imagino a Fortu haciendo, desde ese momento, a Fray Escoba como su Ángel de la Guarda
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