¡Cuántas veces nos hemos referido a ella!

Precisamente, allí donde más claridad necesitamos, más se esconden y se retuercen los acuerdos. Todo lo que hoy tiene valor, en el siniestro se deprecia tanto que, entra en juego esa letra que no llegamos a leer porque teníamos prisa, por la confianza que nos inspiró el agente, por el ejemplo que nos pusieron en el bar y que luego resultó ser un caso extraordinario. El último caso que ha saltado a los medios [Diario Palentino, 23/01/09] es otra historia que nos envía señales para que actuemos en consecuencia a la hora de contratar un seguro o lo que sea. Resulta que Juan José Rodríguez adquiere un coche de alta gama, procedente de importación. Solicitan un crédito a Caja Madrid, que les obliga a suscribir el seguro con la compañía Mapfre. A los pocos días de adquirirlo, le golpean en la cabeza con un adoquín, le roban el coche, se lo destrozan y la aseguradora les niega la cobertura de todo riesgo que solicitaron siete días naturales antes del suceso.

Moraleja: No se fíen nada, no se fíen de nadie. Lean la letra pequeña antes de firmar y no firmen si hay algo que no les ofrece garantías.