Alejandra d'Aremberg, que debe ser tan curiosa como este menda y por extensión como todos los que os paseáis por este rincón, comentaba hace algún tiempo en su blog un curioso artículo que hablaba de la posibidad de alquilar las casas de los famosos localizadas en lugares paradisiacos como Acapulco o la Riviera Francesa... "la miel no está hecha para la boca del asno" -dice un dicho muy nuestro porque, el problema que se nos plantea a quienes curioseamos tanto, es la desorbitada cifra que barajan los dueños y que oscila entre 20.000 y 50.000 dólares.

Es el caso de la conocida actriz Jane Seymour, la famosa doctora Quinn, que alquila por 21000 dólares a la semana su castillo inglés de Saint Catherine's Court con nueve dormitorios, 6 baños, montones de salones, canchas de tenis, divinos establos, campo de croquet --¡y hasta capilla privada!

Alejandra hacía referencia al morbo que le daba dormir en la misma cama en la que Julio Iglesias había jugueteado con su Miranda, o hacerlo rodeados por todos los adornos y retratos que hacían referencia a otras familia. Una de las casas del cantante en Acapulco se alquila por 50.000 dólares a la semana, lo que da derecho, ya puede, a utiliar su yate y su limusina.

Pero la costumbre no es nueva. Estos grandes y lujosos edificios soportan también enormes gastos de manuntención e impuestos y es por este motivo que una gran parte de la aristocracia ha tenido que aceptar huéspedes. Entre los lugares a los que nos remite se encuentra, a media hora de Londres, el Palacio Cliveden, donde no sólo es posible dormir, sino celebrar nuestra boda, dar una gran fiesta y hasta tomar clases de cocina...

Vosotros mismos...