Hagámonos maestros

Yo tengo un vecino a quien preocupa mucho el servicio militar obligatorio, que dicen nos van a implantar, o con el que nos van a aplastar. Porque como él dice y dice bien, yo tengo varios hijos a los que he procurado dar educación según mis facultades; han ido a la escuela, al Instituto, a la Universidad y varias academias, según sus edades. Pero nunca me ocurrió que pudieran ser soldados y no tienen educación alguna para desempeñar los menesteres que el soldado tien e que hacer, no saben hacer la cama, ni barrer la habitación, ni lavarse la camisa, ni guisar el rancho, ni fregar las ollas; jamás creí que la ola democrática, como diría Castelar, en su afán nivelador de todas clases y condiciones, nos obligase a todos a barrer y fregar, pues aunque no soy rico, he tenido siempre una criada para esos menesteres; creo que avanzando esa ola niveladora, con el tiempo se prohibirán las criadas como se prohibe la sustitución en el ejército, porque como dicen, y dicen bien los demócratas, o semos o no semos todos iguales; la gramática suele padecer algo con los demócratas, Dios se lo perdona, sino padecerían también otras cosas de mayor interés.



Pero el otro día encontré a mi vecino radiante, como Arquímedes cuando salió desnudo del baño gritando ¡Eureka!¡Eureka!, vino gritando a mi con la Correspondencia de España en la mano, diciendo: nos hemos salvado, mis hijos serán maestros de escuela. Y en efecto, estos señores maestros, a los que hoy día la democracia llama profesores, están exceptuados del servicio militar.
¿En qué consistirá que en las más democráticas instituciones asoma siempre la oreja alguna miaja de aristocracia? Aparte de la aristocracia del ejército, que son los jefes y oficiales, los cuales salen de una academia hechos tales, tan limpios y fragantes, que no han tenido que llevar un fusil, ni barrer y fregar, lo cual me parece bastante aristocracia; aparte de esto es también una miajilla de aristocracia la de los maestros de escuela, que quedan excluidos de estos penosos servicios.

Mi vecino decía: No creo difícil hacer a mis hijos maestros de escuela. Yo he conocido varios machacantes, es decir, mancebos de botica, que no eran unas lumbreras, y que además de machacar y despachar las recetas, seguían sus estudios, que no son largos, desde la botica, y hoy son unos maestros y profesores hechos y derechos con su escuela correspondiente. Creo que mis hijos podrán aspirar a ese honor. No me gustan mucho los maestros, pero entre estos y soldados la elección no es dudosa.

Y además, algo tendrán los maestros, aunque yo no lo vea, cuando los elevan sobre los demás hombres, tanto, cuanto, inter celera vivurna cupresi.

Digo algún que otro latín, porque la mayor parte de los demócratas no entienden esta lengua; y lo hago en desquite, pues yo tampoco entiendo la mayor parte de sus teorías igualitarias.

ADELFA
HOJA ERRANTE Y ANTILIBERAL
Soria, 19 de mayo de 1899

SOBRE ESTA BITÁCORA

Author image

Esta bitácora nace en noviembre de 2008 con el ánimo de divulgar historias curiosas y entretenidas. Son 17 años acudiendo diariamente a la llamada de amigos que vienen de todo el mundo. Con +6.523.000 de visitas, un mapa del románico abierto a finales de 2023 que ya ha recibido +734.000 consultas y +6000 artículos en nuestra hemeroteca, iniciamos una nueva andadura. Comparta, Comente, síganos por nuestros canales de Telegram y Wasap. Y disfrute. ¡Es gratis!

0 comentarios en el blog:

EN PORTADA | MUNDO CURIOSO | MACROSURCO DEL MAESTRO GUZMÁN RICIS | FELIPE CALVO ☻ +1.873👀

Acarrea, majito

Va a ser difícil para los jóvenes de la era nucleo-electrónico-espacial imaginarse un carro mordiendo caminos, gastando llantas haciend...