Aquel Junio de 2014, no acerté. Lo que presumía de encuentro románico acabó convertido en una francachela para celebrar la rememoración de un bautismo ilustre.

En la comarca segoviana de Pinares se encuentra la localidad de Cozuelos, así denominada por la abundancia de piedras pequeñas ( cotiolos, en latín) y que aparece documentada por vez primera en 1210 con ocasión de un deslinde, y que ya en 1247 aparece nombrada como Conçuelos o Coçuelos.

Su parroquial dedicada a Nuestra Señora de la Asunción se encuentra al extremo del pueblo. Es un templo de mitad del siglo XIII donde el original de nave única adosada a cabecera rectangular, testero plano con pórtico al sur con capilla y torre a los pies, resulta tremendamente desfigurado en estilo y proporciones a consecuencia de las tres fases constructivas que sufrió y que en siglo XVI experimentó una gran ampliación al abrirse en el muro Sur un gran arco de medio punto para incluir al espacio del pórtico original como nave, añadiéndose otra al otro costado, por lo que en la actualidad consta de tres naves.


Dichas reformas han dejado reducido su patrimonio románico a la cabecera, portada lateral, cabecera de la nave sur, pila, torre y poco más. La portada románica se abre en el muro Sur.


Se compone de tres roscas bajo guardapolvos, de las que la interior y exterior se decoran con rosas hexapétalas, pero que mientras la primera es recorrida por baquetón de listones, en la exterior se intercalan botones en zigzag.


Se apoya en jambas y columnillas, la occidental con plinto y basa rematada en capitel de aves enredadas picoteándose las patas al modo silense,


mientras la oriental asienta en piedra troncocónica y remata en capitel deteriorado con labra de la Anunciación.



Sobre las semicolumnas que sustentaban el arco triunfal de acceso al ábside y los del arco fajón se dispone la colección de capiteles más destacada: pareja de aves enramadas con cuello entrelazado picoteándose las patas.


Combate de guerreros


Grifos afrontados


Y la que me hizo más “tilín”: el curiosísimo centauro-sagitario que asaetea a la arpía en la mejilla


En la nave del Evangelio, bajo el impresionante coro, una pila románica de 117 cmts. de diámetro decorada con rosetas,


donde recibió las aguas bautismales el ilustre amigo de mi mascota y originario de esta localidad de Cozuelos: Fernando Sebastián Álvaro, el tal “Esca”.


Retablo clasicista de 1544 y dorado en 1769 impresionante.


Y adosado su campanario


Que parece enmudecer en nuestra despedida.

Última actualización, 14Ene2025 | 456👀