En esta ocasión de 2013, fue necesario que alguien le diera una explicación, muy detenida y completa, a mi mascota humana.




Guille de Meiá había donado a principios del siglo XI la posesión de Santa Hismia o Santuymia, templo dedicado a Santa Eufemia que, a lo largo del tiempo, derivaría en Sant Oïsme y que se erige en el altozano junto al castillo. Sant Bartolomeu sería, algo así, como la capilla del castillo que domina el caserío y que ejerció funciones parroquiales después que fuese un monasterio de monjas benedictinas.



Construido sobre roca con aparejo de sillarejo irregular, es de nave única, torre campanario de base cuadrada sobre presbiterio y ábside trilobulado.


Cabecera de tres ábsides lisos del que el del Norte adosa un muro cementerial.


Los tres se iluminan con vano central de medio punto y doble derrame.


Cabecera cubierta de losas.


El campanario, con cuatro caras y ventanas geminadas con arcos de medio punto que descansan en columnas de fuste polígonas y rematan con capiteles.


Puerta de acceso en el muro septentrional y de medio punto. Sencilla.


Nave cubierta con bóveda de cañón que soportan arcos fajones y dos tramos.


Absidiolo interior septentrional comunicado con el central mediante bóveda de cuarto de esfera que conserva un zócalo en ángulo.


Improntas de pinturas.


Pila bautismal troncocónica decorada con columnillas modernas, se adosa a la pilastra


El exterior, maravilla de espectáculo.